La factura electrónica B2B en Francia: obligatoria en 2026
El pasado 24 de marzo de 2025, una comisión de la Asamblea Nacional aprobó un proyecto para retrasar un año todas las fases de la factura electrónica B2B obligatoria.
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El pasado 24 de marzo de 2025, una comisión de la Asamblea Nacional aprobó un proyecto para retrasar un año todas las fases de la factura electrónica B2B obligatoria.
El impulso de la e-factura se ha convertido, desde hace años, en un elemento esencial para la transformación digital de las empresas y entidades públicas europeas. En este sentido, la masificación del uso de la e-factura en las relaciones B2G (de empresa a gobierno), la introducción de la obligatoriedad de la factura electrónica B2B (entre empresas) en algunos países, el fin de la aplicación de la Directiva 2014/55/CE dentro del marco de la Unión Europea y el impulso de la digitalización de otros gobiernos fuera de la Unión Europea han hecho que 2020 haya sido un año bastante significativo para la facturación electrónica de Europa.
Cada vez son más las empresas que deciden digitalizar sus procesos internos para conseguir un aumento de la eficiencia y una reducción de costes. Además de la factura electrónica, la creación de un formato electrónico de pedidos que sea fácil de utilizar por todas las partes del negocio a escala global, es uno de los grandes desafíos de la transformación digital.
La Jornada de la Factura Electrónica (Journée de la Facture Electronique), en la que SERES estuvo presente el pasado 16 de enero, fue el escenario de presentación de las últimas tendencias en facturación electrónica.
La implantación de la factura electrónica en Francia ya lleva varios años en proceso. En 2014, el Ministerio de Economía y Finanzas francés publicó la Ordenanza N.º 2014-697 del 26 de junio de 2014 para el desarrollo de la facturación electrónica y, con él, se estableció que en las contrataciones públicas francesas se debería usar la e-factura. Es decir, que las empresas que facturasen a las administraciones públicas francesas debían emitir facturas electrónicas y que las AAPP francesas debían recibirlas y aceptarlas también electrónicamente.