La Ley Crea y Crece está siendo el elemento clave para impulsar la factura electrónica entre empresas y autónomos, y su entrada en vigor está prevista a partir de 2025.
La nueva norma tiene el objetivo de modernizar y digitalizar el tejido empresarial español. Uno de los principales beneficios de la factura electrónica es que ayudará a solventar la morosidad económica en las operaciones comerciales. En este sentido, será un agente esencial para reducir el periodo medio de pago, que actualmente supera los 60 días, y para garantizar a las empresas una mayor liquidez.
Y lo más importante, asegura la trazabilidad y el control de pagos desde la emisión de la factura. Es decir, el emisor puede saber en todo momento, y de forma actualizada, su estado: si ha sido registrada, aceptada o rechazada.
En el proceso de intercambio de facturas electrónicas, también se produce un intercambio del estado de las facturas para facilitar el seguimiento al emisor y receptor.
De hecho, con el proyecto de factura electrónica planteado en el grueso de la Ley Crea y Crece, las empresas deberán confirmar en qué estado se encuentran las facturas para generar un expediente histórico que facilite el seguimiento por y para ambas partes (emisor y receptor).
Gracias a este expediente, podrás comprobar si la factura electrónica ha sido enviada y registrada (en este punto, el receptor ya la puede consultar).
Por otro lado, se contemplan los siguientes estados obligatorios entre cliente y proveedor:
Como parte de las últimas novedades del desarrollo reglamentario, el cliente debe informar a la Agencia Tributaria de los 2 últimos estados de la factura mencionados anteriormente.
Además, permite la personalización de estados. En este caso, se podrá informar voluntariamente de los siguientes:
La inmediatez, la validez legal, trazabilidad y la facilidad de conservación son algunos de los beneficios que aportará la factura electrónica en tu negocio. Por otro lado, también ayudará a reducir el consumo de papel, a mejorar la liquidez de las empresas y a acceder a nuevas fuentes de financiación.
Un proyecto de facturación electrónica es una inversión crucial para garantizar la competitividad a largo plazo, mejorar la eficiencia operativa y cumplir con la normativa.
La adopción de la e-factura requiere de un apoyo de experiencia, conocimiento y flexibilidad para sacar el máximo partido a este proceso de transformación.