Finlandia pionera en Europa en la factura electrónica

El informe de la Comisión Europea, Digital Economy and Society Index 2018, define a Finlandia como la tercera economía digital más avanzada de Europa, sólo tras Dinamarca y Suecia. Finlandia destaca por el buen estado de salud de sus servicios públicos digitales y la integración de tecnologías digitales, según informa ICEX España Exportación e Inversiones.

Una de las piezas claves del avance tecnológico de Finlandia en los servicios públicos digitales, es sin duda, la factura electrónica. Finlandia, fue uno de los países pioneros en la digitalización de su Administración Pública y en la adopción de facturas electrónicas. En 2010, gracias al Finnish Government Programme se comenzó a generalizar el uso de la factura electrónica en las contrataciones públicas (relación B2G). Hoy en día, el efecto “bola de nieve” ha hecho que, no sólo el Gobierno use la e-factura prácticamente en el 100% de sus transacciones, sino que la mayoría de las compañías finesas también facturan electrónicamente.

En abril de 2019, con motivo de la Directiva Europea 2014/55/EU, el Finish Information Society Development Center (TIEKE) dará un paso más en la masificación de la e-factura. A partir de entonces, las Administraciones Públicas únicamente recibirán sus facturas en formato electrónico.

Los formatos establecidos para la recepción de las AAPP son Finvoice 3.0 y TEAPPSXML 3.0; los cuales siguen los estándares establecidos por la Unión Europea y permiten una mejor comprensión de la factura electrónica en todo el territorio comunitario. Atendiendo a este formato, la factura electrónica puede ser recibida mediante dos canales:

1. El portal público para proveedores (Bassware Supplier Portal).
2. La plataforma de facturación electrónica para pequeñas empresas (Post Network).

Finlandia es un claro ejemplo de cómo la masificación de la factura electrónica se ha extendido satisfactoriamente por la mayoría de los sectores de la economía; que han visto en ella un buen aliado para alcanzar grandes beneficios como la reducción de costes, errores y tiempos, la automatización de procesos, la mejora financiera y el incremento de la productividad y la competitividad.