Autor: Tifenn Marie Rogel 27/11/2023
En la actualidad, las empresas presentan un creciente interés en adoptar e integrar prácticas sostenibles en sus cadenas de suministro. En primer lugar, porque así lo demandan los consumidores y, en segundo lugar, por la necesidad de reducir el impacto negativo que tienen sus acciones en el medio ambiente y en la sociedad.
Una gestión sostenible significa tener una estrategia predefinida que identifique y disminuya los impactos negativos ambientales, sociales y de gobernanza. Por otro lado, implica recopilar todos los datos posibles sobre la cadena de suministro, evaluar a los proveedores, crear planes para mejorar la sostenibilidad e informar sobre las acciones tomadas.
Como resultado, se minimizará el impacto negativo en el medio ambiente y ayudará a mejorar las condiciones laborales, a fortalecer la marca de la empresa y a generar eficiencia y ahorros.
Esto es lo que se conoce como estándares ESG (Environment, Social and Governance) que van a medir indicadores de sostenibilidad según esta clasificación:
Para ello hay que establecer buenas prácticas como estándares éticos y de responsabilidad social para el stakeholder, evaluar y monitorear el desempeño en materia de ESG de los socios comerciales y, por último, implementar programas de sostenibilidad a través de la recopilación de datos.
Esta adopción de buenas prácticas viene impulsada por determinadas políticas europeas como el Pacto Verde Europeo, que busca una sociedad más limpia, o la Directiva sobre la Debida Diligencia, que busca que las empresas integren los criterios ESG en su gestión de activos y en su estrategia empresarial y tengan en cuenta los factores medioambientales, sociales y de gobernanza en sus estrategias, decisiones de inversión y colaboración y que exige a las empresas de la UE que auditen a sus proveedores con el fin de garantizar el cumplimiento de las normas sobre derechos humanos, protección del medio ambiente, así como una gobernanza responsable y que va a afectar a todas las empresas que están en la UE.
Con nuestro módulo de gestión de proveedores las empresas podrán trabajar exhaustivamente para mejorar su cadena de suministro y analizar a sus proveedores a través de un proceso de homologación exigente, en el que se les pueda solicitar documentos que prueben sus buenas prácticas.
Algunos de estos documentos, como las políticas de conducta, informes de sostenibilidad, una ISO 14046, y otros documentos, junto con la aplicación de indicadores en materia de ESG de terceras empresas, indicarán que el proveedor lleva a cabo buenas prácticas.
Asimismo, un sistema de re-homologación y seguimiento permanente de la actividad del proveedor, a través de indicadores de rendimiento (KPIs), mostrará su desempeño y permitirá tomar decisiones de manera óptima.