El sector financiero consta de un entramado de comunicaciones de proporciones inmensas que contempla no sólo la relación entre las entidades financieras de misma naturaleza sino también con los organismos reguladores y con los propios clientes. Es en este entramado donde hace unas décadas se aprovechó la infraestructura de un estándar establecido mundialmente, como es la tecnología EDI, para transmitir ficheros, enviar y recibir órdenes y gestionar el pago de nóminas, estados de cuenta, recibos y otros tipos de documentos.
En el sector financiero, el uso de un estándar común entre las diferentes entidades es esencial para favorecer y agilizar las transacciones que se realizan. Esto es lo que ha hecho que el crecimiento de uso del EDI haya sido exponencial en las últimas décadas hasta alcanzar volúmenes realmente importantes, tanto en relación a los documentos intercambiados como al valor de los mismos.
Dentro del EDI comercial, el sector financiero presenta grandes diferencias con el resto de sectores como el retail, el logístico o el automóvil. Los documentos electrónicos que más intercambian las empresas financieras no son los pedidos (ORDERS) o albaranes (DESADV) sino que el documento esencial para las empresas de este sector es la factura electrónica (INVOIC).
No cabe duda de que el uso del EDI ha cambiado completamente el sector financiero:
Los bancos, cajas de ahorro y diferentes entidades de financiación han venido utilizando el EDI, y más concretamente la factura electrónica, como un elemento que aporta un valor añadido para ofrecer servicios a terceros.
De esta manera, el intercambio electrónico de documentos ha permitido que las empresas del sector financiero puedan acceder a numerosos canales de financiación como el factoring o el confirming que han dado un salto de calidad importante con la aparición de la factura electrónica puesto que aportaban la posibilidad de realizar estos servicios de una forma online.
Con los sistemas EDI la factura ha pasado de ser un mero elemento de deducción tributaria a un documento electrónico que aportaba innumerables ventajas. Anteriormente, cuando un cliente de un banco quería adelantar el cobro de algunas de sus facturas, debía imprimirla, llevarla a la sucursal de su entidad bancaria, pasar por un proceso de verificación crediticia, en algunos casos incluso una firma notarial, para conseguir finalmente cobrarla. El objetivo era adelantar el cobro de su factura ante la necesidad de liquidez, pero el proceso era tan largo que no se solucionaba de una forma inmediata. Actualmente, y gracias al uso del EDI, esto se realiza de forma mucho más rápida.
Gracias al intercambio electrónico de documentos, los clientes pueden manejar sus facturas a través de su banca electrónica y desde allí mismo, de forma totalmente online, pueden realizar las acciones que quieran sobre tales documentos. Simplemente con pinchar sobre dichas facturas y seleccionar la opción de financiarlas, esto desencadena en un proceso interno de la entidad para verificar la viabilidad de la operación y aceptar adelantar el cobro. Al ser un proceso online y al contar la entidad financiera con toda la información necesaria sobre su cliente, el proceso es menos complejo para el usuario que desea recibir el cobro adelantado de su factura.
La seguridad, confidencialidad e integridad de los datos intercambiados por el sector financiero son esenciales. En su naturaleza, los sistemas de intercambio electrónico de documentos incorporan determinados elementos, como la firma electrónica, que permiten potenciar la autenticidad, y la integridad de la información de los documentos, lo que ha permitido a las empresas este sector: los bancos, las aseguradoras y cajas de ahorros, etc. intercambiar sus archivos de un modo más seguro.
Adicionalmente, los sistemas EDI han permitido que las entidades financieras consigan rebajar sus costes y tiempos de gestión y beneficiarse de una mayor trazabilidad y control en los intercambios de documentos ya que las transmisiones son verificadas y cada solicitud emitida por la entidad es contestada a través de un acuse de recibo o con la explicación del motivo del rechazo, es decir, el intercambio electrónico de documentos proporciona a los usuarios un canal de comunicación más fácil y cómodo que aporta la posibilidad de realizar un seguimiento más exhaustivo.
Actualmente, los medios electrónicos son utilizados por las entidades financieras en su relación con sus clientes en diferentes situaciones.
En primer lugar, las entidades bancarias emplean el EDI para mantener y realizar anotaciones relativas a las cuentas de clientes y para realizar transacciones entre diferentes cuentas bancarias. En este ámbito, el EDI tiene un papel primordial ya que mediante este tipo de sistemas las entidades bancarias se intercambian información relativa a las transferencias practicadas entre las cuentas bancarias de sus respectivos clientes a través de mensajes estandarizados, lo que les proporciona una mayor agilidad.
Por otro lado, gracias al intercambio electrónico de documentos, los clientes de las entidades bancarias pueden manejar sus cuentas bancarias y realizar operaciones como la consulta de saldos, transferencias, recibir modificaciones de ingresos, etc. Esto es lo que comúnmente se conoce como banca electrónica.
Igualmente, otro de los grandes cambios en los últimos años ha venido de la mano de los medios electrónicos de pago, como es el caso del pago con tarjeta. En este sentido, las tarjetas de crédito o débito son utilizadas como método de pago a través de redes de comunicación abiertas, en las que el EDI ha proporcionado la confidencialidad de información necesaria para asegurar tanto la integridad de los mensajes de pago como la autentificación de los integrantes que conforman la transacción.
Por último, cabe destacar la figura de los cajeros automáticos y cómo el EDI ha permitido enlazarlos con las sucursales y las centrales bancarias para dar seguimiento a los depósitos bancarios, retiros de efectivo y transacciones de fondos que se realizan en los mismos de una forma inmediata y en tiempo real