En Asia, el uso de la factura electrónica no está tan masificado como en otros lugares del mundo como Europa o Latinoamérica. Actualmente, la e-factura se encuentra en una etapa incipiente debido a que, en la gran mayoría de países del continente, a pesar de que se puede usar voluntariamente, no existen leyes reguladoras ni tampoco hay estándares establecidos.
Hasta el momento, pocos son los países que han implantado la obligatoriedad de uso de la factura electrónica. En Singapur, por ejemplo, desde mayo de 2018 todas las autoridades dependientes del gobierno central están obligadas a operar con facturas electrónicas. Este país es uno de los motores económicos de Asia y, debido a la gran cantidad de relaciones comerciales que tiene con otros países, ha decidido instaurar la plataforma PEPPOL para realizar el envío de facturas electrónicas.
Otro de los gigantes económicos asiáticos es China, donde el Gobierno está impulsando el uso de la factura electrónica con la intención de reducir el fraude fiscal. De hecho, las tres grandes compañías telefónicas del país están obligadas a utilizar la factura electrónica desde 2017.
Otro caso destacable es el de Vietnam, donde se ha establecido la obligatoriedad en el entorno B2B. Actualmente, las empresas vietnamitas están en proceso de adopción de la e-factura y tienen fijada como fecha límite el 1 de noviembre de 2020. Por otra parte, desde 2014, en Corea también se estableció la obligatoriedad de la factura electrónica para todas las empresas del sector privado cuyas ventas superen los 225.000€ anuales.
Azerbaiyán, Indonesia, Kazajstán, Kirguistán, Mongolia y Uzbekistán son otras regiones en las que los gobiernos también han optado por implantar la obligatoriedad de la factura electrónica entre empresas.
También en países como India, Taiwán o Filipinas está emergiendo el uso de la facturación electrónica entre empresas, aunque por el momento no hay obligaciones ni regulaciones por parte de los gobiernos.
En la mayoría de estos países donde la e-factura todavía no es obligatoria los gobiernos han desarrollado sus propias plataformas de facturación electrónica y el formato más extendido para operar con facturas electrónicas es el XML.
En los países de Oriente Medio se han llevado a cabo numerosas reformas fiscales en los últimos años, la más destacada fue la implementación del IVA en 2018. A excepción de Arabia Saudí, ninguno de los países del Golfo ha desarrollado sistemas de facturación electrónica ni tampoco se han acogido a la utilización de ningún sistema internacional.
En mayo de 2018, el gobierno saudita lanzó la plataforma ESAL para la facturación electrónica entre las administraciones del gobierno y sus proveedores. Esta acción entró dentro de la estrategia Saudi Vision 2030, que pretende impulsar el desarrollo tecnológico en el país. Sin embargo, por el momento no hay obligatoriedad de operar con e-facturas.
En países como Baréin, Catar o Emiratos Árabes, se permite el uso de la factura electrónica, aunque no se encuentre regulado por la ley. Por lo general, el único requisito que se establece es que la e-factura vaya acompañada de una firma digital que garantice su integridad y autenticidad.