Un año más, SERES lanza el Informe de la Factura Electrónica en Europa. El documento muestra que la factura electrónica está ampliamente extendida en todos los países que conforman el continente. Tal y como se muestra en el Estudio, en la actualidad, el 100% de los países europeos hacen uso de la e-factura en sus transacciones comerciales.
En relación a la obligatoriedad, el 80,43% hace uso de la facturación electrónica obligatoriamente, mientras que el 19,57% de los países la utilizan de manera voluntaria.
Este informe recoge la situación actual de la factura electrónica y aborda los pasos en materia de transformación digital que se darán en los próximos años en la Unión Europea y, más concretamente, en España.
La Comisión Europea lleva muchos años incentivando la masificación de la factura electrónica. De hecho, dentro de la Agenda Digital Europea han posicionado a la e-factura como un elemento tractor y dinamizador de las relaciones comerciales en el mercado común, y de la competitividad de las empresas de la zona euro.
En 2014, la Unión Europea aprobó la Directiva 2014/55/UE sobre la facturación electrónica en las contrataciones públicas, en la que se exigía la definición de un estándar común europeo de factura electrónica, tanto a nivel semántico como de sintaxis. El objetivo era conseguir la unificación y simplificación de la actividad de las empresas e instituciones a la hora de facturar e intercambiar facturas entre diferentes países.
El 2020 ha sido un año clave en lo que respecta a la masificación de la factura electrónica en la Unión Europea. Desde abril de 2020, todas las Administraciones Públicas de la Unión, tanto centrales como regionales y locales, están obligadas a recibir y procesar facturas en formato electrónico.
La crisis generada por la COVID-19 ha impactado de manera muy significativa en el tejido empresarial de Europa. Puede decirse que, de alguna manera, la COVID-19 se ha convertido en un instrumento de medición para conocer si tanto las empresas privadas como las Administraciones Públicas, estaban preparadas para afrontar la transformación digital.
En este contexto, la Comisión Europea ha presentado el informe “Configurar el futuro digital de Europa”, en el que se establece una estrategia digital para el continente. Dicha estrategia contiene un conjunto de medidas para lograr una transformación digital que repercuta en beneficio de todos y se apoye en los siguientes pilares:
En el caso concreto de España, la transformación digital de las empresas y de la sociedad se materializa en el Plan España Digital 2025. Se trata de una agenda que impulsa la transformación digital de nuestro país como una de las palancas fundamentales para relanzar el crecimiento económico, la reducción de la desigualdad, el aumento de la productividad y el aprovechamiento de todas las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías.
España Digital 2025 contempla la puesta en marcha de un conjunto de reformas estructurales que movilizarán 70.000 millones de euros en inversiones públicas y privadas.