Al igual que en otros países de la región latinoamericana, Perú, dentro de su plan de acción para facilitar el comercio exterior, decidió en 2009 introducir la factura electrónica en el país. Esta decisión, que vino impulsada por los planes de integración de los países que conforman el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), desembocó en todo un maratón hacia la obligatoriedad de la factura electrónica en el que tanto la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT) como las empresas peruanas han participado.
El impulso del gobierno peruano hacia un nuevo modelo de facturación basado en un formato electrónico hizo que Perú se convirtiera en el quinto país de Latinoamérica en implementar la factura electrónica, después de países como Argentina, Brasil, Chile, y Colombia.
Los primeros metros de esta gran carrera tuvieron lugar a mediados de 2010, cuando la SUNAT publicó la Resolución de Superintendencia188-2010/SUNAT, creando así un sistema de emisión electrónica de facturas electrónicas enfocado a las medianas y pequeñas empresas peruanas (MYPES) cuyo ingreso anual no superara las 1,700 UIT (Unidad Impositiva Tributaria).
Con esta normativa, la idea era que, a través del portal SUNAT Operaciones en Línea (SOL) las MYPES pudieran emitir sus facturas de forma electrónica, y con la misma validez y efectos legales que la factura en papel.
La acogida por parte de los empresarios del país fue buena y, para noviembre de 2010, había más de 600 mil emprendedores inscritos en el Sistema de Emisión Electrónica (SEE-SOL).
En ese mismo mes, el 15 de noviembre de 2010 Perú inició el piloto de uso de la Factura Electrónica MYPE, con el objetivo de validar el sistema que utilizarían los contribuyentes emisores. Este piloto contó con la participación de 17 empresas del país.
Como resultado de estos primeros kilómetros corridos, un año más tarde, en noviembre de 2011, el número de afiliados en SOL se había multiplicado por siete, siendo más de 4,200 las micro y pequeñas empresas que utilizaban el sistema.
El maratón hacia la e-factura sólo acababa de empezar. El 29 de abril de 2012, y mediante la publicación de Resolución de Superintendencia N° 097-2012/SUNAT, se creó el Sistema de Emisión Electrónica desarrollado desde los Sistemas del Contribuyente (SEE). Esta solución, a diferencia de la implementada en el año 2010 para las MYPE, estaba dirigida a empresas con altos volúmenes de emisión de comprobantes de pago, como supermercados, retails, estaciones de servicio, distribuidoras…sin perjuicio de que cualquier otro contribuyente pudiera adoptarla.
La nueva normativa trajo consigo un nuevo piloto con empresas de diferentes sectores económicos con el fin de validar el sistema. En tal sentido, desde el 1 de junio hasta el 30 de septiembre de 2012, sólo las empresas que participaron en el piloto anterior pudieron presentar la solicitud para ser emisores electrónicos y generar sus comprobantes de forma electrónica. Luego de esa fecha, cualquier contribuyente pudo solicitar ser emisor electrónico.
El nuevo proyecto piloto peruano, que se bautizó como “Comprobante Electrónico para Grandes Emisores” y que contó con la participación de 41 empresas, tuvo que ser ampliado hasta el 28 de febrero de 2013. Las tres primeras empresas habilitadas para emitir los comprobantes electrónicos fueron: Supermercados Peruanos, Transporte Confidencial de Información (TCI) y Línea Amarilla y, al finalizar el piloto se habían emitido más de 446 facturas electrónicas por parte de Supermercados Peruanos y TCI, siendo la primera de las mencionadas la que emitió la primera e-factura en el país.
Tras tres años de impulso, gran parte de este maratón estaba completado. En agosto de 2013 más de 7,400 emprendedores utilizan el formato electrónico para realizar sus transacciones comerciales con sus clientes.
Pero aquí no acaba la carrera. El sprint final hacia la obligatoriedad de su uso comenzó el 3 de diciembre de 2013, a raíz de la Resolución de Superintendencia N° 374-2013/SUNAT. Con esta resolución, se dispuso que, a partir del 1 de octubre de 2014, un primer grupo de 233 empresas obligadas tendrían que adoptar este método de facturación.
El maratón había terminado, pero aún quedaban muchas otras carreras por correr. En Perú se ha optado por comenzar la obligatoriedad por las grandes empresas, de modo que el cambio se ha propiciado desde arriba hacia las pequeñas y medianas empresas (PYMES) que, aunque son mayoría, cuentan con menos capacidad tecnológica y económica.
Desde 2013, el calendario de obligatoriedad se ha ido modulando poco a poco a través de diversas resoluciones y alguna que otra prórroga. Pero, a día de hoy, existen 8 grupos de empresas obligadas.
Adicionalmente, el 1 de enero de 2017 también entró otro grupo de contribuyentes que fueron designados en la Resolución de Superintendencia 246-2016/SUNAT por cumplir con las siguientes conductas tributarias:
A día de hoy, muchas carreras quedan por correr. En los últimos años ya se han incorporado al sistema de emisión electrónica las grandes empresas (IPCN) y los Principales Contribuyentes a Nivel Nacional (PRICOS) y todo indica que, a lo largo de 2017 y 2018, la Superintendencia seguirá incorporando al resto de Contribuyentes de Régimen General.
SERES ha desarrollado un Whitepaper sobre la “Situación de la Factura Electrónica en Latinoamérica” que recopila en detalle los avances que se esperan en Latinoamérica (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guadalupe, Guatemala, Guayana Francesa, Honduras, Martinica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela).
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