Con más de 2.208.347.950 comprobantes electrónicos emitidos hasta finales de septiembre, Perú confirma su decidida apuesta por la factura electrónica, iniciada en el 2000 y obligatoria desde 2014. Actualmente son 189.888 los emisores electrónicos autorizados por la SUNAT; de los cuales, unos 23.000 contribuyentes están obligados por ley.
El impulso de la factura electrónica por parte de los gobiernos tiene como principal objetivo potenciar y mejorar el control fiscal y reducir el fraude. Sin embargo, la factura electrónica ofrece “beneficios colaterales” a las empresas que contribuyen a acelerar su adopción, incluso entre empresas no obligadas. Beneficios que tienen un fuerte impacto positivo en la reducción de costes, la mejora de la gestión del negocio, de los pagos y los cobros, en la posibilidad de acceder a nuevas fuentes de financiación…
Más allá de atender esta obligatoriedad y asumir el cambio tecnológico que conlleva, la factura electrónica ofrece a las empresas peruanas la oportunidad de impulsar la transformación digital de sus negocios y mejorar las relaciones comerciales con proveedores y clientes finales. Y lo pueden hacer sin complicaciones y sin necesidad de invertir dinero en nuevos sistemas.
La mejor solución es elegir el modelo de servicio de facturación electrónica a través de un proveedor autorizado, donde un tercero de confianza se ocupará de realizar todo el proceso, asegurando la compatibilidad con todo tipo de sistemas, nacionales e internacionales, cumpliendo con las normativas y legislaciones e, incluso, operando en soluciones mixtas que utilizan facturas en papel y en soporte electrónico.
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