En Europa el uso de la factura electrónica está ampliamente extendido. El 100% de los países europeos hacen uso de la misma en sus transacciones comerciales, siendo obligatorio el uso de la facturación electrónica para el 85% de los países en cuanto a sus relaciones B2G.
La Agenda Digital europea considera la factura electrónica como una herramienta tractora y facilitadora de las relaciones internas entre los distintos países, de ahí que haya impulsado su uso en los estados miembro a través de su Directiva 2014/55/UE del Parlamento Europeo y del Consejo. Además, durante mucho tiempo se estuvo trabajando en un modelo de factura unitario con el objetivo de unificar y simplificar la actividad de las empresas e instituciones a la hora de facturar e intercambiar las facturas entre diferentes países.
El primer país en adoptar la factura electrónica obligatoria en el entorno B2G fue Dinamarca en el año 2005, seguido, tres años después por Suecia en 2008, sucesivamente se fueron uniendo otros países como Finlandia, Austria, Italia, Eslovenia o España, pero fue en el año 2019 cuando hubo una gran masificación en la adopción de la factura electrónica haciéndose obligatoria en países como Chipre, Eslovaquia, Hungría, Irlanda, Letonia, Luxemburgo, Malta, Polonia, Portugal y Rumanía.
Países como Mónaco, San Marino, Andorra, Serbia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Kosovo, Rusia y Macedonia tienen aún la factura electrónica como algo voluntario, pero se está trabajando para conseguir que sea obligatoria en las transacciones B2G.
La factura electrónica ha tenido tan buenos resultados y tiene tantos beneficios que son muchos los países que quieren seguir avanzando en su uso y quieren extenderlo al ámbito B2B. Tal es el caso de Italia y España que se han convertido en pioneros en adoptar la factura electrónica en el ámbito B2B.
Italia se convirtió en el primer país en extender el uso de la factura electrónica en el ámbito privado y España próximamente ampliará la obligatoriedad a través de la Ley Crea y Crece presentada por el Gobierno a finales de 2021. A esta tendencia también se han sumado países como Francia, Alemania y Bélgica.
SERES cuenta con más de 30 años de experiencia y ha colaborado con varios entes públicos internacionales para la puesta en marcha de proyectos de factura electrónica e Intercambio Electrónico de Documentos.