La factura electrónica es un documento bisagra que tiene triple protagonismo dentro de la actividad de la empresa: de negocio, financiero y tributario.
En el negocio, es el documento que justifica la entrega de un bien o un servicio y ofrece una visión pública sobre la relación entre dos empresas. En ese caso, su valor es el de actuar como justificante comercial de una actividad o de una variación de esa relación (rectificación). En muchos casos el documento se convierte en justificante del intercambio de una mercancía (albarán o guía de remisión). Esta característica tiene un interés global en la compañía dado que la mayoría de los departamentos "compran" y/o “venden”, al que se suman su protagonismo en otras actividades como la logística.
Por otra parte, la factura tiene un irrenunciable papel tributario, ya que en la mayoría de los casos soporta unos impuestos (el IVA como el más importante) y es el documento que tiene valor en la declaración del impuesto y su posterior tributación y liquidación.
Finalmente, tiene un protagonismo financiero, ya que es el documento que aporta visibilidad y justifica una cantidad a pagar/cobrar, que tiene detrás un movimiento bancario o de dinero. Desde la fecha de emisión hasta la fecha de cobro real existen un conjunto de fases donde la factura es un documento que puede justificar un posible adelanto, o, en la fase final, el documento que permite reclamar un impago y emprender, si no se realiza el pago, posibles acciones legales como documento justificativo del derecho a cobro y del impago. Desde el punto de vista financiero, es un documento diferencial que permite a las empresas, especialmente a las pymes, acceder a un sistema de financiación alternativo, fuera de los canales tradicionales.
Las funciones poliédricas de la factura se multiplican e intensifican con la factura electrónica, que no solo automatiza su función bisagra, sino que los transforma aportando importantes ventajas competitivas a las empresas mejorando su posición en el mercado.
Conozca más de la factura electrónica y cómo aprovecharla al máximo