El horizonte para una norma europea para la factura electrónica está cada día más cerca. En paralelo, se sigue progresando en la definición de un estándar –CEN TC434- que unifique y simplifique la actividad de las empresas e instituciones a la hora de facturar y del intercambio de facturas entre diferentes países.
Recientemente se aprobó por los Organismos Nacionales de Normalización una EN –Norma Europea- para el modelo semántico de la factura electrónica y una Lista de Sintaxis apoyada por la UBL -organización de normalización XML- y UN/CEFACT, una de las principales organizaciones de estandarización. De esta manera, a partir de 2018 todos los organismos públicos estarán obligados a recibir y procesar facturas electrónicas en el nuevo formato.
Quedan pendientes de aprobar los enlaces de síntaxis (Syntax Bindings), la metodología de las extensiones (Extensions methodology) y las directrices de transmisión (Transmission Guidelines). Algo esencial para dar flexibilidad y robustez a unos formatos que por si solos tienen un árido camino por delante.
Los proveedores de las Administraciones en Europa se deben preparar para el cambio. En España el cambió ya se produjo y se esperan pequeños cambios para adecuarse a las nuevas alternativas al facturae.