La industria farmacéutica española facturó, en 2019, 20.019 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 2,2% respecto del año anterior. No obstante, la inmensa mayoría de esas facturas se emitieron y recibieron en formato papel.
La factura electrónica todavía continúa siendo una asignatura pendiente para las empresas de farmacéuticas. Es muy destacable que, en 2019, las compañías de este sector emisoras de facturas electrónicas representaron, tan solo, el 0,12%; mientras que las receptoras supusieron el 0,11% respecto del total, según el Estudio de Implantación de la Factura Electrónica en España, elaborado por SERES.
A pesar de que el uso de la factura electrónica en España aumentó un 13,51% respecto del año anterior, los resultados del Estudio muestran que todavía queda mucho por hacer para implementar la facturación electrónica en la industria farmacéutica. No obstante, se trata de un sector que está comenzando a automatizar y digitalizar algunos de sus procesos, por lo que la adopción de la e-factura podría darse antes de lo esperado.
La implementación de la factura electrónica dentro de este sector sería especialmente beneficiosa, puesto que, como norma general, las empresas farmacéuticas cuentan con una amplia red de clientes y proveedores, y es fundamental que las facturas se paguen a tiempo para mantener una buena relación comercial con los mismos. Además, el proceso de facturación electrónica está automatizado, por lo que también reduce significativamente el tiempo de gestión y las tereas administrativas.
Según el Estudio de Implantación de la Factura Electrónica en España, el número de facturas electrónicas procesadas en 2019, ascendió a 206.464.053 documentos, un 13,51% más que en 2018. Del total, 171.773.817 documentos corresponden a transacciones entre empresas (B2B), 22.292.891 a operaciones entre empresas y las administraciones públicas (B2G) y 12.397.345 a ventas de empresas a particulares (B2C).
Gracias al uso de la factura electrónica, en 2019, las empresas se ahorraron más de 1.600 millones de euros en la gestión de facturas emitidas y recibidas, y el equivalente en horas de trabajo de más de 442 años laborales. La utilización de la e-factura reduce drásticamente los costes, puesto que el coste medio de recepción de una factura es de 7,22€ en papel y de 2,27€ en digital; mientras que, en emisión, el coste es de 4,45€ en papel y 1,64€ en digital.
Por comunidades Autónomas, Madrid (36,69%), Cataluña (28,93%), Andalucía (9,17%) y Comunidad Valenciana (4,94%) lideran el ranking en volumen de emisión, con notables cambios respecto al año pasado, ya que Cataluña aumenta su cuota en un 17,77%, mientras que Andalucía y Comunidad Valenciana la reducen en un 0,67% y un 3,2% respectivamente.
En 2019, el mayor volumen en recepción se registró en Madrid (29,22%), Cataluña (24%), Andalucía (8,13%), Galicia (7,16%) y Comunidad Valenciana (5,81%), manteniendo el ranking del año pasado.
Comunidad de Madrid (24,99%), Comunidad Valenciana (11,48%), Cataluña (8,58%), Andalucía (8,26%) y Castilla y León (7,04%) encabezan el ranking de Comunidades Autónomas con mayor número de empresas emisoras de factura electrónica.
En cuanto a empresas receptoras, Madrid (18,62%), Cataluña (16,65%), Andalucía (9,02%), Castilla y León (8,26%) y Comunidad Valenciana (8,19%) ocupan las cinco primeras posiciones sin apenas variación respecto al 2018.