Debido a la crisis ocasionada por el COVID-19, se ha visto un aumento en la aceleración de la digitalización en las empresas a nivel mundial. Las nuevas formas de trabajo y el rediseño del funcionamiento interno de muchas empresas han impulsado el proceso de transformación digital.
Así ha ocurrido en Rusia, donde en el último año se ha avanzado considerablemente en materia de digitalización, tanto a nivel empresarial como institucional. Ejemplo de ello es que en todas las Autoridades Ejecutivas Federales ha surgido la figura del CDTO o director de transformación digital, y se han puesto en marcha proyectos para utilizar la inteligencia artificial en determinados servicios públicos y de la administración.
Aunque el PIB ruso no se ha visto demasiado afectado por el COVID-19, Rusia afronta el desafío de revitalizar su economía a través de la digitalización.
El Ministerio de Desarrollo Digital, Comunicaciones y Medios de Comunicación ha elaborado un plan de recomendaciones metodológicas para la transformación digital de las empresas, incluyendo una estructura estándar de su estrategia y un sistema de indicadores clave de desempeño.
Las empresas que han apostado por la transformación digital se han duplicado en el año 2020, pasando de un 25% a un 48%.
Tal es el caso de la empresa Correo Ruso, el principal operador de correos en el país, que ha visto un ahorro importante en sus tiempos de entrega, reduciéndose a tan solo cuatro días. Su plataforma logística y la digitalización y la automatización de procesos les ha permitido reducir el tiempo medio de entrega de los artículos entre las diferentes ciudades rusas de 7-8 días a 4 días.
Otro de los ámbitos claves para lograr la transformación digital es el Intercambio Electrónico de Documentos, en el que destaca especialmente la factura electrónica. Por el momento, la factura electrónica en Rusia no es obligatoria, y las empresas que decidan hacer uso de la misma de forma voluntaria deberán firmar un contrato de acuerdo con su cliente o proveedor.
Sin embargo, esta situación cambiará en los próximos años, puesto que Rusia quiere construir una red que permita la regulación y gestión de documentos electrónicos, construyendo un sistema nacional de seguimiento y localización. Además, para fines de 2024, Rusia tiene como objetivo tener el 95% de las facturas y el 70% de las guías de transporte y de mercancías emitidas en formato electrónico.