14 años de evolución de la factura electrónica en Chile
Chile fue pionero en implantar la factura electrónica en Latinoamérica. De hecho, esta nueva forma de facturación por medios electrónicos entró en vigencia en el país hace 14 años, cuando el Servicio de Impuestos Internos, SII, definió el formato y los estándares del sistema.
En 2002, siendo conscientes de las mejoras en los procesos de negocios de los contribuyentes, la disminución sustantiva de los costes de facturación y facilidad de desarrollo para el comercio electrónico en el mercado local, el SII decidió sumar a las primeras grandes empresas para participar en el proyecto piloto que tuvo lugar a finales de año.
Así, con la publicación de la Resolución Exenta número 45 del 1 de septiembre de 2003, los contribuyentes pudieron comenzar a certificarse voluntariamente como emisores y receptores de e-factura, y a obtener la autorización para operar con documentos tributarios electrónicos (DTE).
Desde su puesta en marcha, la factura electrónica en Chile ha experimentado un avance progresivo en el país. A fecha de 2013, ya se habían emitido 1.290.660 documentos electrónicos y autorizado a 89.000 empresas para facturar electrónicamente. De hecho, para ese mismo año la participación de la e-factura ya superaba el 51% respecto al total de facturas emitidas en el país.
En 2014, el Servicio de Impuestos Internos publicó la Ley N.º 20.727 y, con ella, la incorporación paulatina de diferentes grupos de empresas al uso obligatorio de la factura electrónica en Chile. El objetivo: que, para febrero de 2018, todas las empresas del país emitan DTE. Un total de aproximadamente 500.000 contribuyentes en 3 años, que se suman a los inscritos de forma voluntaria.
El calendario de implantación del DTE fue establecido de acuerdo a los ingresos anuales por ventas y servicios y a la ubicación de las empresas (zona urbana o rural) y seleccionó a las grandes compañías con ingresos anuales superiores a los 100.000 UF como las primeras obligadas; las cuales, debían incorporarse el 1 de noviembre de 2014.
La entrada de la obligatoriedad supuso un gran empujón para los documentos tributarios electrónicos. 2016 cerró con una participación de la factura electrónica que superaba el 88% respecto al total de facturas emitidas en el país y, en abril de 2017 las empresas inscritas eran unas 561.087 y los DTE emitidos unos 2.500.000 millones.
A pesar del buen ritmo de inclusión de los obligados, todavía quedan contribuyentes por sumarse al sistema. En febrero del 2018 está previsto que las micro empresas de las áreas rurales se unan a esta nueva forma de facturar, y con ello, se complete el calendario de obligación de Chile establecido por el SII.
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