En 2017 el volumen total de facturas electrónicas en Colombia ascendió a 536.000 documentos y el valor bruto de las ventas con esta modalidad superó los $7.02 billones. Año que se caracterizó por ser un período de alto impacto informativo y de contrastes; sobre todo para aquellos empresarios que aún no han adoptado la medida que les dará seguridad y rapidez en la emisión de comprobantes, simplificará los procedimientos administrativos, reducirá los errores en el proceso de generación, entrega y recepción de documentos.
El estudio se realizó durante ocho meses continuos, con una muestra de 1.500 empresas de los sectores de Telecomunicaciones, Productos y Servicios, Agropecuario, Textil, Calzado, Tecnológicos, Portuario y Petrolero, entre otros. Estas empresas, que sirvieron como referencia, están distribuidas en 16 departamentos del país, siendo Antioquia, Valle del Cauca, Cundinamarca y Bogotá D.C. las entidades más relevantes, por su amplia concentración de compañías.
El 10% de las compañías consultadas pertenecen al sector de pequeñas empresas. El resultado en esta categoría fue que nadie utiliza la factura electrónica. Mientras que un 36.4% corresponden al universo de medianas empresas, resultando que en un 1.96% operaban con e-factura y el 90.2% aún estaban con el método tradicional; el papel.
Un 53.6% de la muestra corresponde a las grandes empresas del país. Arrojando un resultado aún más alentador: el 4% emiten y reciben facturas electrónicas, mientras que el 80% se mantienen con la vieja modalidad.
En cuando al grado de conocimiento que tiene las empresas colombianas sobre la medida, los resultados arrojaron que el 91% de los empresarios conoce la existencia de la factura electrónica, mientras que el 9% tiene poca información al respecto.
Como resultado de las intensas campañas gubernamentales para difundir la nueva modalidad de emisión y recepción de facturas, el 84% del empresariado colombiano tiene conocimiento de la obligatoriedad de la factura electrónica, aunque todavía hay desinformación y dudas sobre el tema. Otro resultado importante fue que el 16% de las empresas consultadas ignora la existencia de la ley y, por tanto, de la futura obligatoriedad.
Los avances en la utilización de la facturación electrónica han sido muy pocos, sin embargo, a comienzos del 2017 comenzaron a visualizarse algunos progresos. El 88% de las empresas sigue haciendo los envíos de la facturación por correo postal y/o papel. A finales del 2017 solo un 5% cuenta con una solución mixta, es decir, factura electrónica y papel. Un 4% de las empresas envían sus facturas a través de e-mail. En conclusión, tan solo un 3% utiliza la facturación electrónica.