En 2014, Italia estableció la obligatoriedad de uso de la factura electrónica ene le entorno B2G, tras la aprobación de la Directiva Europea 2014/55/UE. Desde entonces, tanto las Autoridades Centrales, Regionales y Locales, como sus proveedores envían facturas en formato electrónico a través del Sistema di Interscambio, plataforma establecida por el gobierno italiano. La Agenzia delle Entrate, organismo encargado de la facturación electrónica, estableció FatturaPA como formato obligatorio.
Cinco años después de establecer la obligatoriedad B2G, el 1 de enero de 2019, la factura electrónica obligatoria llegó a todos los actores económicos del país. La Legge di Bilancio 2018, obligó a todas las empresas italianas a adaptar sus sistemas de facturación para poder operar con facturas electrónicas. De esta manera, Italia se ha convertido en el primer país europeo en establecer como obligatoria la e-factura en el entorno B2B.
El modelo de facturación electrónica italiano se ha visto afectado por el proceso Conservazione Elettronica, el cual obliga la aplicación de firmas y sellos de tiempo electrónicos en todo lo relativo a la conservación de los documentos electrónicos originales.
Teniendo en cuenta las numerosas ventajas que ofrece la facturación electrónica, países como España y Portugal, donde la factura electrónica ya es obligatoria en las administraciones públicas, han decidido establecer la obligatoriedad en el ámbito de la empresa privada.
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